El fiscal de Turín, Raffaele Guiariniello, ha abierto un sumario tras recibir un informe de un hospital local sobre un paciente afecto de gliobastoma,
peligroso tumor del cerebro. Es el mismo magistrado que abrió la
primera causa mundial, concluida recientemente con condenas millonarias,
por la fabricación de amianto y que, anteriormente, había revelado los
devastadores efectos del doping en los futbolistas.
El hospital de la capital de la región de Piamonte ha
señalado el caso a la fiscalía después de constatar que el hombre, un
transportista de 45 años, usaba el teléfono móvil unas siete horas
diarias durante 20 años. La situación le llevó incluso hasta dormir con
el aparato, teniéndolo a unos 50 centímetros de la cabeza, mientras se
recargaba la batería.
De acuerdo con algunas filtraciones, el
hombre habría explicado al fiscal que, de una manera imprevista, comenzó
a no reconocer a las personas o que no conseguía poner en marcha su
coche cuando lo intentaba. El diagnóstico fue que padecía un tumor cerebral llamado gioblastoma, el mismo que la Agencia Internacional para la investigación contra los tumores (IARC) relaciona con los campos electromagnéticos producidos por las radiofrecuencias, los mismos que emiten los móviles.
El primer caso con una hipotética relación
Tras
el diagnóstico el hospital señaló la circunstancia al Observatorio
sobre tumores profesionales, abierto precisamente por la fiscalía de Turín unos
15 años atrás. El caso del transportista era el 26.075 que se
presentaba al Observatorio, pero era el primero en que se establecía, en
vía hipotética, una relación entre cáncer y uso del móvil.
Según los expertos, el riesgo cancerígeno se refiere particularmente al
glioma y al neurinoma acústico. Se trata --explican-- de un tumor que
afecta al octavo nervio craneal y que interesa a las funciones de la
audición y del equilibrio. El paciente ha sido operado
satisfactoriamente y ahora se encuentra en buenas condiciones.
El pasado año un grupo de 31 expertos de 14 naciones del IARC constató una relación entre las ondas electromagnéticas desprendidas por los móviles y los tumores cerebrales. A raíz de ello el IARC aconsejó
algunas precauciones, reiteradas por varias autoridades nacionales,
como el uso de dispositivos viva voz o auriculares, principalmente de
parte de las personas que usan prolongadamente dichos aparatos, lo que
el paciente de Turín no hacía. Las autoridades de Italia, país donde circulan 100 millones de móviles,
subrayaron que era necesario profundizar la cuestión, pero invitaron a
los usuarios a usar auriculares y el manos libres, y a recurrir con
mayor frecuencia a los mensajes de texto, así como disminuir el uso de
móviles por parte de los niños.
La relación entre móvil, industria entorno a la que giran grandes económicos, y el cáncer,
ha sido estudiada repetidamente en ámbitos nacionales e
internacionales, pero no ha sido nunca probada, aunque tampoco
desmentida. Después de la citada investigación, los 31 científicos del
IARC incluyeron los móviles en la categoría 2B como “potencialmente
cancerígenos para los individuos”. Es decir, el mismo eslabón en la que
figuran los gases de los tubos de escape de los coches.
Campos electromagnéticos
La historia sobre la posibilidad de que los móviles sean cancerígenos se disparó hace unos 20 años. El British Medical Journal publicó el pasado año un estudio que negaba cualquier relación. Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS)
divulgó otra investigación (Interphone) cuyas conclusiones dejan en la
incertidumbre. Los análisis de Interphone han durado 10 años, para ella
se han realizado 10 mil entrevistas en 13 países y ha costado 19
millones de euros. En las conclusiones se indica que “errores debidos a
la casualidad o a eventuales distorsiones no pueden ser excluidos con
una certidumbre razonable”.
En base a estas conclusiones, la OMS definió los campos electromagnéticos como “possibly carcinogenic” para los usuarios más asiduos. En mayo del pasado año el Consejo de Europa invitó, por prudencia, a no usar los móviles en las escuelas, para reducir los peligros de una exposición a los campos magnéticos.
El ministerio de la salud de Roma afirma que “los conocimientos científicos actuales no permiten excluir la existencia de una causalidad (cancerígena) cuando se usa el móvil muy intensamente” y en general los consejos de varias y distintas autoridades invitan a no usar el móvil por más de 30 minutos al día.
Se estima que actualmente en el mundo existen unos cinco mil millones de móviles.
Más info sobre el pelligro de las radiaciones: http://www.migueljara.com/2012/02/25/como-protegerse-de-los-contadores-el-nuevo-gran-hermano/
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