La Soja es el alimento transgénico más difundido y comercializado en el mundo.
Los aislados
de proteína de soya pueden ser encontrados en las barras de proteína, licuados
de proteína, agua de frutas embotellada, sopas y salsas, análogos de carne,
productos horneados, cereales y suplementos dietéticos. También en alimentos
infantiles y productos cósmeticos.
Un gran
porcentaje de soja (soya) está genéticamente modificado (90%), y también
presenta uno de los niveles más altos de contaminación por pesticidas entre todos los
alimentos.
El 94% de la
soya cultivada en los Estados Unidos es genéticamente modificada, lo que
literalmente garantiza que usted está consumiendo soya transgénica al comprar
productos de soya y alimentos procesados que contienen derivados de soya. Los
alimentos transgénicos presentan sus propios riesgos de salud, incluyendo
trastornos hormonales y problemas de fertilidad.
La soja
(soya) producida en gran parte de América del Sur es para la exportación,
Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia están cubiertos también por extensos
campos de soja transgénica o modificada genéticamente.
La mayoría
de esta soja (90%) proviene de la ingeniería genética. La compañía Monsanto ha
desarrollado variedades de soja (soya) para ser resistentes a su herbicida Round Up (glifosato). Round Up mata todas las plantas, excepto
la soja.
También es
conocido el problema de la soja y las alergias. Se suma a los 8 alimentos
responsables de un gran porcentaje de las alergias alimentarias documentadas en
todo el Mundo (maní, soja, castañas de Brasil, leche, huevos, pescado,
crustáceos, trigo).
Efectos Secundarios del
Consumo de Soja
La soja tiene un alto contenido de ácido fítico, contenido en el salvado y
las cáscaras de las semillas. Esta sustancia puede bloquear la absorción de
minerales esenciales como el calcio, magnesio, cobre, hierro y especialmente
cinc en el tracto intestinal.
Los chinos
no comían frijol soja fermentado como las otras legumbres, como lentejas,
porque el frijol soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o
"antinutrientes". Primero entre ellos están los potentes inhibidores
de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se
necesitan para digerir las proteínas.
Estos
inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son
desactivadas por completo durante el cocimiento normal. Pueden producir serias
molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias
crónicas en la absorción de los aminoácidos.
En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer. El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.
En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer. El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.
Los
inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento.
Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes
dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son
desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los
chinos descubrieron cómo fermentar el frijol soja, comenzaron a incorporar en
su dieta alimentos a base de soja.
En productos
precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja
más bien que en la cuajada. Por eso, en el tofú y la cuajada de frijol, los debilitadores
del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.
Isoflavonas
de Soja. Afectan el equilibrio hormonal del organismo. La soja también contiene
bociógenos, sustancias que debilitan la función de la tiroides. Hay abundante
evidencia de que algunas isoflavonas,
incluyendo la genisteína, son tóxicas. Además, las isoflavonas son inhibidoras
de la peroxidasa tiroidea, que fabrica las T3 y T4. Puede esperarse que la
inhibición genere anormalidades tiroideas, incluyendo el bocio y la tiroiditis
autoinmune
Además, gran porcentaje de la Soja (Soya) modificada genéticamente
(transgénica) tiene uno de los más altos índices de contaminación por
pesticidas. La
propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable
cuanto que, hace sólo algunas décadas, el frijol soja era considerado no apto
como alimento, ni siquiera en Asia.
La Soja y el Cáncer
Fue un metaanálisis de 1994, efectuado por Mark Messina, y publicado en
Nutrición y Cáncer, lo que avivó la especulación sobre las propiedades
anticarcinógenas de la soja. Messina observó que, de 26 estudios sobre
animales, 65 por ciento informaron efectos protectores de la soja.
Convenientemente, se olvidó de incluir por lo menos un estudio en el cual la
alimentación con soja causó cáncer del páncreas, a saber, el estudio que llevó
a cabo Rackis en 1985. En los estudios humanos que él listó, los resultados
fueron mixtos.
Algunos de estos estudios mostraban algún efecto protector, pero la mayoría
no mostraron en absoluto ninguna correlación entre el consumo de soja y la tasa
de cáncer. Rackis llegó a la conclusión de que "los datos en esta revisión
no pueden usarse como base para afirmar que la ingesta de soja disminuye el
riesgo de cáncer". Pero, en su libro subsiguiente, "The Simple
Soybean and Your Health" (El Sencillo Frijol Soja y Su Salud), Messina
hace justamente esta afirmación, recomendando una taza de 230 gramos de
productos de soja por día en su dieta "óptima" como medio de evitar
el cáncer.
Miles de mujeres están ahora consumiendo soja en la creencia de que ésta
les protege contra el cáncer del seno. Pero, en 1996, los investigadores
descubrieron que las mujeres que consumían aislado de proteína de soja tenían
una tasa mayor de hiperplasia epitelial, una condición que presagia el cáncer
maligno. Un año más tarde, se encontró que la genisteína de dieta estimulaba
las células mamarias para entrar al ciclo celular, un descubrimiento que llevó
a los autores del estudio a llegar a la conclusión de que las mujeres no deben
consumir productos de soja para evitar el cáncer del seno.
Fitoestrógenos: ¿Panacea o
Veneno?
El macho de las aves tropicales tiene, cuando nace, el plumaje pardo de la
hembra, y se "colorean" a la madurez, lo cual ocurre entre los nueve
y los 24 meses.
En 1991, Richard y Valerie James, criadores de aves de Whangerai, Nueva
Zelanda, compraron una nueva clase de alpiste para sus aves, basado mayormente
en proteína de soja. Cuando se usó alpiste con base de soya, el plumaje de las
aves se "coloreó" después de sólo unos meses. En realidad, un
fabricante de alpiste afirmó que este desarrollo adelantado era una ventaja
impartida por el alpiste.
Un anuncio de 1992 de la fórmula del alpiste Roudybush mostraba a un rosela
carmesí macho, un loro australiano que adquiere su hermoso plumaje rojo entre
los 18 y los 24 meses, y que ya aparece coloreado a las 11 semanas.
Desafortunadamente, en los años subsiguientes, hubo una menor fertilidad en
las aves, con madurez precoz, y pichones deformes, atrofiados, y prematuros, y
muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la
población total en los aviarios entró en franca declinación.
Las aves sufrían de deformidades del pico y de los huesos, bocio,
desórdenes del sistema inmunológico, y conducta patológica, agresiva. La
autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración.
La lista de problemas correspondía a muchos de los que los James habían
encontrado en sus dos hijos, a los cuales se les había dado fórmula para bebés
con base de soja.
Alarmados, horrorizados, furiosos, los James contrataron al toxicólogo Mike
Fitzpatrick, Ph. D., para que investigara más. La literatura del Dr.
Fitzpatrick en forma de una revista reveló evidencia de que el consumo de soja
está ligado a numerosos desórdenes, que incluyen infertilidad, mayor tasa de
cáncer y leucemia infantil; y, en estudios que databan de la década de 1950,
que la genisteína en la soja causa trastornos endocrinos en animales.
A pesar de que el articulo del doctor Guerrini tiene unos años, es de
absoluta actualidad, al manifestar:
"Es muy serio el engaño que cometen millones de personas que se alimentan de manera equivocada, pensando que comen alimentos 'ideales" para la salud, cuando en realidad comen lo peor que existe. Como ejemplo el caso de la soja. Actualmente, hasta los mismos órganismos del gobierno, promocionan la utilización de poroto de soja, leche de soja, harina de soja, proteína texturizada de soja, milanesa de soja como "alimentos ideales".
El doctor Guerrini hace la siguiente pregunta ¿Porqué será que los pueblos
del extremo Oriente que hace más de 3.000 años que consumen soja, la utilizan
en forma de porotos de soja cocinados, apenas una o dos veces por año?
¿Y por qué razón tradicionalmente, en Oriente, se recomienda que la soja
(soya), al ser consumida en forma de poroto cocido, sea preparada juntamente
con alimentos ricos en sodio u otras sales minerales alcalinizadoras, que se
encuentran en el alga kombu o en la cabeza del salmón.
Para obtener la respuesta es necesario un análisis bioquímico de la soja.
El resultado es que la soja al natural, molida o cocinada es de una extrema
acidez; por esto se acostumbra, en Oriente, a cocinarla con otros alimentos
alcalinizadores. Todos conocen los efectos de la acidez en la sangre.
Los alimentos de digestión reconocidamente dificultosa y los alimentos
ácidos como la soja, tienen una tasa de Na/K totalmente desproporcionada, pues
en 100grs. de leche de soja en polvo, existen 3mg de sodio para 1680 mgrs. de
potasio, o sea una proporción de Na/K de 1/560. El arroz integral tiene una
proporción semejante a a de nuestra sangre; después de ser cocido, posee una
proporción de Na/K de 1/7.
Soja ‘Responsable’:
Confundiendo a los consumidores
Casi toda la carne no orgánica, huevos y lácteos que venden los
supermercados proceden de animales alimentados con Soja o Soya genéticamente modificada o transgénica. Es
importante que usted lo sepa, pues esto no se informa en las etiquetas. Aún
peor, esta soja pronto empezará a ser etiquetada como ¡¡“responsable”!!.
El sello ha sido desarrollado por la Mesa Redonda de Soja Responsable (RTRS
por sus siglas en inglés). La RTRS está formada principalmente por compañías
que tienen grandes intereses en la expansión de la industria de la soja. El
espectro comprende desde productores de soja, comerciantes de granos hasta los
sectores de la biotecnología, pesticidas, alimentación animal y productores de
aceite. Incluye por ejemplo a las empresas BP, Shell, Cargill, Bayer, Syngenta
y Monsanto.
El sello de la soja “responsable” no reducirá el uso masivo de pesticidas
que está envenenando poblaciones y medio ambiente en Sudamérica. No detendrá
los conflictos por la tierra. Ni siquiera detendrá la deforestación. Y
definitivamente no reducirá las importaciones de soja. Pero creará un sello
“verde” para cultivos genéticamente modificados. Por primera vez, un cultivo
genéticamente modificado, diseñado para ser fumigado con cantidades masivas de
pesticidas, será certificado como “responsable”.
Por eso, organizaciones ambientales, sociales y consumidores debemos
oponernos fuertemente a los intentos de RTRS de maquillar de verde la soja.
Solicitamos claridad en el etiquetado de los alimentos. Hasta no tener una
solución nosotros debemos continuar informándonos de forma responsable. Elegir
y consumir dentro de lo posible alimentos 100% orgánicos y especialmente todos
aquellos que nos permiten aumentar las defensas del organismo y del sistema inmunológico
de forma natural.
[F] conmigo8.blogspot.co.uk
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Muy buenoooo!!!!!!!!
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