Ese punto oscuro resulta ser una «claraboya», una apertura a una caverna subterránea de unos 35 metros de diámetro.
Las cavernas se forman a menudo en regiones volcánicas como esta cuando
los flujos de lava se solidifican por arriba, pero continúan circulando
por el interior.
Estos ríos subterráneos de lava pueden llegar a
drenarse por completo, dejando vacío el conducto por el que han fluido.
Por la proyección de la sombra arrojada sobre el suelo del pozo, los
científicos estiman que la profundidad del agujero es de unos 20 metros.
Origen sin explicar
El
origen del cráter en el que se enclava este pozo no se comprende bien
aún. Se pueden ver áreas donde el material de las laderas se ha
deslizado dentro del pozo, pero los investigadores no saben qué cantidad
de material puede haberse colado a través del pozo dentro de la caverna
subterránea.
El hallazgo en la superficie de Marte
ha sido posible gracias a la agudeza de la cámara de la MRO, denominada
Hirise (High Resolution Imaging Science Experiment) y de altísima
resolución.
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