Qué pasaría con el sistema capitalista si
a raíz de los ajustes y los despidos y suspensiones laborales las mayorías
en en la UE dejaran de votar,
o votaran en blanco, en las elecciones periódicas para elegir
autoridades?.
¿Y qué pasaría si esas mismas mayorías como producto de la crisis
redujeran al mínimo el consumo de los productos superfluos (el 70% de la producción capitalista
global) y sólo adquirieran aquellos
necesarios para su supervivencia?.
En el primer caso, las
instituciones jurídicas y políticas del capitalismo (como ya empieza a ocurrir) quedarían "deslegitimadas" y
el sistema hipócrita de "gobernabilidad" (y de dominio político y social) basado
en la "democracia representativa" se derrumbaría.
En consecuencia, el sistema
capitalista podría verse obligado (para mantener el dominio) a recurrir al uso de
la fuerza militar para preservar el "orden" político y social que
le garantice
el funcionamiento en "paz" de sus empresas y bancos a escala global.
El
sistema (económico, político y social) capitalista se basamenta sobre tres
parámetros esenciales:
A)
Consumo masivo (que alimenta los ciclos de ganancia capitalista con el
mercado).
B)
Voto "popular" (que alimenta y permite el control político y social sin
represión militar).
C)
Credibilidad social (que alimenta la supervivencia institucional del sistema
capitalista).
Estos
tres factores, que conforman la columna vertebral del sistema expoliador capitalista erigido como "civilización única" a escala global,
hoy se encuentran en riesgo inmediato a raíz de la crisis económico financiera
que derivó primero en crisis recesiva, y luego en crisis social
como emergente de los ajustes salvajes, a la persistencia del desempleo y el descenso del consumo popular.
Con Estados quebrados por la crisis
fiscal, con una recuperación todavía débil de la recesión (con países que siguen
desacelerados), mercados financieros volátiles (vuelta a la desconfianza del
sube y baja), contracción del crédito orientado a la producción, consumo social
sin recuperación, bajas de recaudación y subas siderales del déficit, desempleo
masivo y ajustes salariales en ascenso, la "bomba social" (emergente de la
crisis y de los ajustes) ya asoma como el desenlace más lógico en la eurozona.
El sistema de gobernabilidad político
y económico de la eurozona hoy se encuentran en riesgo de disolución a raíz de
la "crisis financiera" que derivó primero en "crisis recesiva",
luego en "crisis fiscal" de los Estados, y que ahora se convirtió en
"crisis social" de la mano de los ajustes, los despidos laborales y el
achicamiento del consumo popular.
Esta dialéctica de acción-reacción
es lo que define, en forma totalizada, un fenómeno que excede la denominación
reduccionista de "crisis económica" con el que los analistas del sistema
califican el actual colapso económico europeo.
El capitalismo central europeo (tanto
como EEUU) no está en "crisis económica", sino en "crisis total", y
al final del proceso, si quiere supervivir como bloque, deberá echar mano a lo
único que puede preservar su dominio: La represión militar.
Esa es la lectura inmediata que surge
del proceso europeo con Estados quebrados y ajustes salvajes, que profundiza el
desempleo en masa y la crisis de credibilidad social en los políticos y en las
instituciones de las potencias centrales que se extiende a los países emergentes
y periféricos de Asia, África y América Latina.
La
dinámica histórica de la crisis pulveriza la columna vertebral del sistema
(consumo, voto y credibilidad social) y obligará a cambiar la estrategia de
dominación para reciclar un nuevo proceso de control político y social.
Que algunos expertos y analistas ya visualizan como el comienzo de un
nuevo proceso de búsqueda del control (gobernabilidad económica, política y
social) contenido en los marcos una democracia blindada.
[F] iarnoticias.com
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