Un equipo, con participación del IAC, observa con éxito un
exoplaneta empleando la tecnología LFC, conocida como ‘peine de
frecuencias láser’
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El trabajo abre la puerta a la espectrometría de muy alta
precisión, llamada a jugar un destacado papel en la búsqueda de planetas
como la Tierra.
Un equipo, con participación del Instituto de Astrofísica de Canarias
(IAC), ha probado con éxito la nueva tecnología de peine de frecuencias
láser en la observación de un planeta fuera del Sistema Solar. El
trabajo, que aparece publicado en el último número de la revista Nature,
supone un importante avance en el uso de espectrógrafos, instrumentos
claves para buscar planetas tipo la Tierra en ‘zonas habitables’ o medir
la aceleración del universo. Según los investigadores, el peine láser
–un desarrollo galardonado con el Nobel de Física en 2005-, resulta al
menos cuatro veces más preciso que los actuales instrumentos.
Los
espectrógrafos son instrumentos que descomponen la luz captada por los
telescopios. De la misma forma que la lluvia descompone la luz en un
arco iris, estos aparatos extraen todos los colores o longitudes de onda
del brillo que emiten los objetos celestes. Con ello, logran determinar
cuestiones como las velocidades de las galaxias, cuántos planetas
orbitan en torno a una determinada estrella o cómo se expande el
universo.
Si la precisión es una característica que se exige a
todo instrumento de medición, más aún en aquellos que analizan objetos a
millones de kilómetros de la Tierra: “Para que las frecuencias de luz
puedan medirse de forma correcta, el espectrógrafo requiere ser
calibrado”, explica el investigador del IAC y coautor del trabajo Rafael
Rebolo. “Hasta ahora calibrábamos los espectrógrafos utilizando
lámparas de gases, principalmente torio y argón. Se trata de una técnica
que ofrece datos bastante precisos, pero no perfectamente estables a
largo plazo”, añade.
Los nuevos retos de la Astrofísica, que ya
mira al proyecto E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande),
requieren “precisiones en la longitud de onda mejores que la billonésima
parte de un metro”, señala el científico del IAC. Para lograrlo, el
equipo trabaja desde hace varios años con la tecnología LFC (acrónimo de
Laser Frequency Comb): “Es un complejo sistema láser que emite
pulsos ultracortos, con una duración de menos de la billonésima parte
de un segundo, que producen millones de colores perfectamente definidos.
Las frecuencias de estos colores son controladas por un reloj atómico
de precisión extrema”, describe Jonay González Hernández, investigador
post-doctoral del IAC.
Al dispersarse la luz del láser LFC a
través del espectrógrafo, se dibuja un patrón similar a un peine de
infinidad de colores situados a igual distancia unos de otros. “De esta
manera, es posible conocer la longitud de onda que recibe cada uno de
los píxeles detectados con gran precisión”, indica el astrofísico.
Los
investigadores del IAC y sus compañeros eligieron la estrella HD75289,
una estrella joven situada a más de 90 años luz de la Tierra, para
comprobar cómo se comporta el peine de frecuencias. “La seleccionamos
porque sabíamos que en torno a ella orbita un planeta. La idea era
obtener un conjunto de medidas que revelase su presencia y demostrar
que, con el LFC, se obtiene una curva de velocidad de la estrella más
precisa que empleando los sistemas tradicionales. Así ha sido”, resume
el investigador del IAC.
En busca de otras ‘Tierras’
Los físicos John Hall y Theodor Hänsch, éste último coautor de este trabajo de Nature,
fueron distinguidos con el premio Nobel de Física de 2005 por concebir
la tecnología LFC. Su aplicación posterior en Astrofísica ha permitido
el desarrollo de una técnica llamada a ser revolucionaria para la
espectroscopía de alta precisión. “Se trata de un salto cualitativo en
la búsqueda de planetas tipo Tierra en estrellas como el Sol”, indica
Rebolo.
Hay otros métodos para realizar esta búsqueda, como la
fotometría de eclipses, pero las posibilidades de la espectrometría son
enormes: “Es capaz de poner de manifiesto la presencia de planetas sea
cual sea la orientación de su órbita alrededor de la estrella. No se
requiere una alineación determinada como en el caso de los eclipses”,
destaca.
El espectro del LFC, captado con HARPS. Aparece junto al espectro de una estrella. Crédito: ESO |
Visto de otra manera: si un observador en otro punto de
la galaxia quisiera detectar la Tierra en su órbita con el Sol, debería
emplear un equipo lo suficientemente sensible para captar los cambios de
velocidad en la estrella con una amplitud de tan sólo 9 centímetros por
segundo. Esto es lo que logran los peines de frecuencias, lo que –según
el equipo- hará posible la detección de exoplanetas con masas similares
a la de la Tierra en zonas ‘habitables’, es decir, a distancias de su
estrella cercanas a la posición terrestre. Esos planetas están entre los
candidatos para encontrar vida fuera del Sistema Solar.
Este
trabajo ha sido realizado con el espectrógrafo HARPS (acrónimo de
Buscador de Planetas por Velocidad Radial de Alta Precisión), que se
ubica en el observatorio de la Silla (Chile). Y ya esperan al peine de
frecuencias láser en el espectrógrafo ESPRESSO, en fase de construcción
para el telescopio VLT, que puede convertirse en “el instrumento más
potente para buscar exoplanetas en estrellas cercanas”, señala Rafael
Rebolo, que es co-director de este proyecto. El IAC también participa
en el proyecto CODEX, un espectrógrafo propuesto para el telescopio
E-ELT con el que se tratará de medir la aceleración del universo
empleando un LFC.
Tobias Wilken, Gaspare Lo Curto, Rafael A. Probst, Tilo
Steinmetz, Antonio Manescau, Luca Pasquini, Jonay I. González Hernández,
Rafael Rebolo, Theodor W. Hänsch, Thomas Udem y Ronald Holzwarth Spectrograph Calibration at the cm/sec Level for Exoplanet Observation Nature DOI: 10.1038/nature11092.
[F] iac.es/
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