La Tierra fue alcanzada por una potente y misteriosa oleada de radiación
procedente del espacio exterior hace más de 1.200 años, informó la
revista científica Nature.
Esos extraños acontecimientos cósmicos, examinados por especialistas
de Japón, ocurrieron en el Siglo VIII. Según la publicación, exactamente
entre los años 774 y 775 d.c. en nuestro vecindario espacial sucedió
algo que provocó un bombardeo de rayos cósmicos contra la Tierra de una intensidad nunca vista.
Un equipo de especialistas de la Universidad nipona de Nagoya, dirigido
por Fusa Miyake, descubrió que quedaron rastros de aquel evento en los
anillos de los árboles y en sedimentaciones marítimas de todo el
mundo. Analizando ese fenómeno durante años, Miyake y su equipo utilizó
datos del contenido de carbono 14 (un isótopo radiactivo de carbono) y
obtuvo resultados más que interesantes.
Corbis |
Midiendo el índice de ese elemento de dos viejos cedros en Japón, los
científicos se dieron cuenta de que en los anillos correspondientes a
los años 774 y 775 había un incremento del 1,2% de carbono 14 con
respecto a los demás años. (Hay que tener en cuenta que la variación
anual típica del carbono 14 es apenas de un 0,05%, pues ese porcentaje
incrementa la norma en unas 20 veces).
"Acontecimiento cósmico muy extraño"
El trabajo del grupo de Miyake tiene por objetivo analizar dos
hipótesis para este fenómeno descubierto. La primera habla de que una
posible fuente de rayos cósmicos pudo haber sido causada por una explosión potente en la superficie del Sol. Es verdad, que la actividad solar varía en períodos de 11 años y que, en ocasiones, nos sorprende con intensas llamaradas cuyos efectos llegan hasta la Tierra.
Según la segunda hipótesis, un evento tan poderoso se debería a la muerte violenta de una estrella: la explosión de una supernova. “Este
acontecimiento cósmico es muy extraño. Sí que podemos decir que un
acontecimiento extremadamente energético sucedió en nuestro entorno
espacial alrededor del año 775, sin que la causa fuera una llamarada
solar o una supernova", afirmó el investigador japonés.
Un misterio del Siglo VIII
Para complementar y desarrollar los estudios, a los investigadores de
la Universidad de Nagoya les faltan testimonios documentados. Sin
embargo, no hay datos sobre una erupción solar de tal intensidad. La
otra posibilidad tampoco ha sido probada, ya que hasta el momento no se
hallaron documentos del año 774 o 775 que reflejen un acontecimiento –el
brillo de una supernova- que debió de llamar poderosamente la atención
de los habitantes de la Tierra.
De ese modo, el origen del mayor bombardeo de rayos cósmicos del que se
tiene noticia sigue siendo un misterio. "Con nuestros actuales
conocimientos no podemos especificar la causa de ese evento”, reconoció
Miyake. Para llegar al origen del fenómeno, Miyake y su equipo tendrán
que seguir trabajando.
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