Sólo algunos de los intereses de las empresas-financieras representadas por la National Endowment for Democracy (NED) y su junta de directores. |
El Centro para el Estudio del intervencionismo (CSI) con sede en París y Julien Teil, director del artículo "Mentiras detrás de la "guerra humanitaria" en Libia: No hay evidencia!",
ha publicado recientemente un documental exponiendo cómo un cártel de
naciones occidentales y sus apoderados árabes a propósito crean el caos
dentro de naciones específicas y luego lo usan como pretexto para
invadir, derrocar a los gobiernos, y sustituirlos por regímenes clientes
preseleccionados, y en efecto, amenazar el concepto mismo de soberanía
nacional.
El documental se centra especialmente en Siria, con un
video que muestra a miembros de la oposición siria sentados en la mesa
redonda de la financiada por el Departamento de Estado, National Endowment for Democracy (NED), donde echan elogios sobre ellos, y, en particular, sobre el
"activista" sirio con sede en Washington, Radwn Ziadeh, por su
complicidad en la traición a su nación y a su gente a favor de los
intereses corporativos-financieros que constituyen la Junta de
Directores de la NED.
Según el New York Times "se creó (...) para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho subrepticiamente la Central Intelligence Agency (CIA) durante decenios. Gasta 30 millones de dólares al año para apoyar a partidos políticos, sindicatos, movimientos disidentes y medios informativos en docenas de países". |
Se hace mención de cómo esta táctica misma, con personajes muy similares que trabajan con las organizaciones occidentales y las mismas instituciones, del mismo modo devastó Libia, derrocó al gobierno, y instaló un régimen cliente intermediario utilizando este modelo fraudulento de "responsabilidad de proteger". Se dice muchas veces, que el evidente deseo de Occidente de ver un "cambio de régimen" en Siria y su decisión de "tomar partido" en lo que respecta a respaldar a los terroristas de la oposición siria viola claramente no sólo la soberanía nacional de Siria, sino que pone en peligro el concepto mismo de la soberanía nacional.
Es importante entender que esta agenda del neo-imperialismo está siendo impulsada por la convergencia empresarial-financiera de los intereses centrados en Wall Street y Londres, y pretende crear una "sociedad abierta" mundial que pueda dominar sin el obstáculo de las fronteras o las instituciones nacionales que se oponen a ellos.
El intervencionismo humanitario no es más que la institucionalización de la moderna conquista imperial global.
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