sábado, 26 de enero de 2013

Realizan nuevos estudios a la Reina Roja de Palenque

Los restos óseos del enigmático personaje maya son motivo de análisis científico. 

Entre ellos de ADN, que contribuirán a fechar con mayor precisión el entierro. Se tomó una muestra de colágeno de una vértebra, que sorprendió a los investigadores por su grado de conservación, de la cual se obtuvo ADN intacto.

Los restos óseos de la Reina Roja, enigmático personaje de Lakamha, “Lugar de las grandes aguas”, hoy conocido como Palenque, en Chiapas, son motivo de nuevos análisis científicos que contribuirán a fechar con mayor precisión el entierro de quien todavía se desconoce si fue la esposa del célebre dignatario Pakal II o una gobernante de esa antigua urbe Maya.

Aunque no es la primera vez que los restos mortales de la Reina Roja se someten a diversos estudios, la reciente iniciativa de investigación, que cuenta con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

El INAH espera que los exámenes, entre ellos de ADN mitocondrial, arrojen información novedosa sobre el contexto funerario de esta figura de la historia maya, que se estima falleció hace más de 1,300 años.

Descubierta en 1994 en una cámara mortuoria, los restos óseos pigmentados pertenecen a un importante personaje de la cultura maya

Algunos de los impulsores de este proyecto son el investigador Arturo Romano, quien en el año 1994 realizó los primeros exámenes de antropología física del esqueleto; así como un equipo integrado por el arqueólogo Luis Eduardo Ramos Cruz, y las doctoras María de Lourdes Muñoz Moreno y Javiera Cervini, del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), respectivamente.
En entrevista, realizada en el Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), del IPN, la doctora Lourdes Muñoz, coordinadora académica del área, informó que antes del retorno de los restos de la Reina Roja a Palenque, en junio de 2012, se extrajo una muestra de colágeno de una vértebra superior para estos nuevos estudios.
“Fue posible purificar ADN de los restos de la Reina Roja y los análisis se realizan en distintos laboratorios, porque debemos reproducir los resultados y evitar la contaminación del mismo; es necesario llevarlos a cabo en lugares donde no se efectúe simultáneamente secuenciación de ADN humano, de ahí las condiciones de aislamiento y esterilidad”. Doctora Lourdes Muñoz, coordinadora académica del área de Genética y Biología Molecular. (Cinvestav)
Al respecto, Javiera Cervini, experta en geoquímica ambiental del Departamento de Procesos y Tecnología de la UAM, Campus Cuajimalpa, comentó que fue sorprendente el grado de preservación de las fibras de colágeno presentes en la vértebra y de las cuales se obtuvo ADN intacto.
“Lo primero a destacar de los estudios es precisamente la preservación de material biológico que difícilmente se encuentra en huesos que no han sido tratados, aquí cabe recordar que el cuerpo de la Reina Roja fue cubierto con sulfuro de mercurio, mejor conocido como cinabrio, de ahí la tonalidad roja que adquirió el esqueleto y del porqué se le nombró así (la Reina Roja).”
“Por al menos mil 300 años, este derivado del mercurio conformó estructuras estables que permitieron resguardar el material biológico, toda vez que evita el crecimiento de bacterias, logrando así proteger la información genética contenida en las células, lo cual se refleja por la presencia de las fibras de colágeno. En todo caso, el cinabrio únicamente permitió el crecimiento de algunos hongos producto de la humedad y las altas temperaturas dentro de la tumba”.
Javiera Cervini indicó que hasta ahora, en reportes especializados, no se tenía dato alguno de la relación del cinabrio con respecto a la conservación o protección de muestras antiguas.
 
Además de la datación por carbono 14, otras técnicas que se utilizan en estos nuevos estudios son la espectroscopía Raman y la microscopía de alta resolución, tanto de barrido como de transmisión. Todas las pruebas físico-químicas (salvo las de fechamiento) se realizan en laboratorios del país, entre ellos, los del Instituto Mexicano del Petróleo.

Máscara de la reina roja, clásico tardío. Palenque.
María de Lourdes Muñoz y Javiera Cervini puntualizaron que estos análisis no se realizan con el propósito de escribir historia alguna alrededor de la Reina Roja, sino contribuir al avance científico del tema.
Las tumbas de la Reina Roja y de Pakal II son las más grandes y elaboradas, de las hasta ahora descubiertas en la antigua ciudad maya de Palenque, y ambas han sido fechadas arqueológicamente —por similitudes de la cerámica hallada las ofrendas de ambas—, entre 600 y 700 d.C.

A la espera de la aparición de los recientes estudios en revistas especializadas, caso de GeoMicrobiology Journal, la doctora Javiera Cervini señaló que los restos óseos de la Reina Roja se mantienen en buen estado de conservación, a pesar de las condiciones ambientales.

Por su parte, el arqueólogo Eduardo Ramos recuerda que con base en la epigrafía, la Reina Roja había sido vinculada a la señora Tz’ak-b’u Ajaw, esposa de Pakal; la señora Kinuuw Mat, consorte de otro dignatario: Batz Chan Mat; y a Men Nik, esposa de K’inich Ahkal Mo´Nahb’ III. Sin embargo, estas dos últimas estarían descartadas por su presencia, en el siglo VIII, en la línea dinástica palencana.

A partir de estudios de antropología física previos, coordinados por los doctores Arturo Romano, Vera Tiesler y Andrea Cucina; más otros de ADN, carbono 14 y de reconstrucción facial realizados a los restos mortales de este personaje —que descartaron a otra posible candidata: Muwaan Mat, madre de Pakal—, las hipótesis han inclinado la balanza a Tz’ak-b’u Ajaw, esposa de Pakal, madre de dos dignatarios de Palenque y abuela de su último gran gobernante Maya.
Pese a que dichos exámenes arrojaron como un estimado que la Reina Roja debió morir aproximadamente a los 60 años, el antropólogo físico del INAH, Arturo Romano, ha referido, a modo particular, que es difícil que haya alcanzado tal rango de edad por la severa osteoporosis que padeció y que inclusive redujo su neurocráneo (cubierta ósea que cubre el encéfalo) a una delgada lámina.

Independientemente de lo que arrojen los nuevos análisis, todos los investigadores (arqueólogos, bioarqueólogos, químicos o antropólogos físicos) coinciden en que la biografía de la Reina Roja está inconclusa, y como apunta su descubridor, el arqueólogo Arnoldo González en el libro,La Reina Roja. Una tumba real:

“Es probable que en un futuro cercano se generen nuevos datos arqueológicos que todavía permanecen escondidos en el subsuelo y permitan relacionar a la reina con algún integrante de su familia. Por ejemplo, en algún lugar de la parte central de la ciudad deberá encontrarse la tumba de Kan B’alam (uno de los hijos de Tz’ak-b’u Ajaw), que a la fecha ha eludido la investigación arqueológica y posiblemente haya escapado a los antiguos saqueadores de tumbas”.

[F] antediluviana.com/
Google+