A lo largo de este artículo repasaremos brevemente las composiciones químicas más comunes utilizadas en Métodos de Geoingeniería durante los últimos 120 años.
Algunos de estos compuestos químicos se utilizaron de forma
testimonial en Geoingeniería, otros sin embargo como el Yoduro de Plata,
el Óxido de Aluminio y el Bario, se utilizan hasta la saciedad
vulnerando los Tratados Internacionales bajo el auspicio de la “Investigación para el Bien Común” y la
financiación privada.
Examinaremos el registro de los compuestos químicos más
significativos por su uso o relevancia histórica en Geoingeniería.
Tratando de apartarnos del catálogo NBQ, en el que se han centrado las dos únicas revisiones de la “Convención Sobre la Prohibición de Utilizar Técnicas de Modificación Ambiental con Fines Militares u otros Fines Hostiles” de 1976, firmada y ratificada por España.
Tratando de apartarnos del catálogo NBQ, en el que se han centrado las dos únicas revisiones de la “Convención Sobre la Prohibición de Utilizar Técnicas de Modificación Ambiental con Fines Militares u otros Fines Hostiles” de 1976, firmada y ratificada por España.
La primera composición química registrada en Geoingeniería para
crear “Precipitaciones Forzadas”, es del año 1891 y se corresponde con
el Ácido Carbónico.
Durante la primera década del siglo pasado, se estableció el uso de Amoniaco y Cloruro de Samario para crear “Nubes y Niebla Artificial” muy apreciadas desde la época, por sus capacidades en el camuflaje militar.
Entrados los años ‘20, se comienza a utilizar el CO2 para crear “Nubes Artificiales” desde Aeronaves, con el objetivo de proteger o camuflar el movimiento de tropas de combate.
El Fósforo se empieza a utilizar hacia finales de los años ’20 en la creación de “Niebla Artificial”.
En los años ‘30 se registraran las primeras mezclas de Bentonitas para “Dispersar la Niebla” en Aeródromos.
En los años ‘40, el Doctor Vincent Schaefer, descubrió el principio de la Siembra de Nubes, junto con el premio Nobel Irving Langmuir, registraron varias patentes para la General Electric, Inc. tras demostrar las “Capacidades Nucleizantes” del Yoduro de Plata.
Su forma Hexagonal (como la del Cristal de Hielo formado por Supersaturación), conferían al Yoduro de Plata una capacidad extraordinaria para forzar la “Precipitación del Vapor de Agua Atmosférico”.
Estos descubrimientos se ampliaron por General Electric, Inc. con la utilización del Óxido de Zinc, Nefelina y Apatita que comparten la estructura cristalina hexagonal.
En los años ‘50, se perfecciona la “Reducción de las
Precipitaciones” con el desarrollo de las técnicas de “Ataque a los
Frentes Lluviosos”, utilizando Diatomitas y Cloruro de Calcio.
La adaptación operativa de Aeronaves capaces de “Disipar Frentes Lluviosos” es completa.
A final de la década, el Polonio se utiliza en los primeros “Generadores de Iones Radioactivos” que más tarde se emplearán en Geoingeniería (entre otras áreas).
El Amoniaco, Dióxido de Carbono, Butano, Isobutano, Propano y los Freones se utilizan en experimentación con la finalidad de “Disipar Frentes Lluviosos”.
En los años ‘60 se dispara el uso del Aluminio y el Ácido Sulfúrico, en menor medida el Hexacloroetano, Ácido Clorosulfónico y Trióxido de Azufre tratando de imitar en parte, las emanaciones volcánicas y sus efectos en la reducción de precipitaciones.
La documentación más representativa a este respecto, es el “Manual of Explosives, Military Pirotechnics and Chemical Warfare Agents, Macmillan Co. New York”.
Adaptable a cualquier Plataforma Aérea, llega el “Rainmaker” de Yoduro de Plata.
Cesio, Litio y Sodio, serán utilizados en los “Programas Balísticos de Nubes de Iones” del DoD NASA.
A finales de los ‘60 y principios de los ‘70, comienza el
desarrollo de mezclas en Geoingeniería compatibles con el combustible de
Barcos y Aviones, eliminando los costosos aparatajes de carga
compartida para la “Modificación Climática”.
A lo largo de los ’70, los componentes químicos en
Geoingeniería ya son microencapsulados, aumentando su rendimiento y
reduciendo costes operativos.
Se desarrolla en profundidad la “Dispersión Balística de Aerosoles” con los Misiles de Yoduro de Plata y Cohetes de Bario en Geoingeniería, muy similares a los que se utilizan actualmente (foto de portada)
U.S. Navy, registra el dispositivo más utilizado para la
“Dispersión de Aerosoles” en fase sólida desde Aeronaves, dando comienzo
a una nueva etapa de rápida adaptación y portabilidad.
Se actualizan las mezclas de combustible para que los gases
expulsados por los nuevos motores, puedan generar mayor cantidad de
Aerosoles.
El NCR incluye en su registro, compuestos Sulfúricos y derivados del Aluminio.
En los `80, materiales como el Dióxido de Zirconio se registran como Aerosoles capaces de “Reducir la Radiación UV” que alcanza el Terreno.
También se utiliza el famoso DMSO (CH3)2SO para “Forzar Precipitaciones”
A finales de los ’80 comienza la fabricación de Geles Poliméricos Conductivos, cuyas fibras se desarrollan mas tarde en diversos usos, como la fabricación de Contramedidas Aéreas.
Los años ‘90, comienzan con el registro de Hughes Aircraft Inc. de
la “Dispersión de Oxido de Aluminio en la Estratosfera” con el supuesto
objetivo de reducir el falso “Calentamiento Global por CO2” (que tanto
control geopolítico y beneficios económicos genera para todas las
entidades acusadas de estafa en el caso del “Climate-Gate”).
Poco tiempo después, el Pentágono Registra Internacionalmente, las primeras Fibras Recombinantes a
través de la manipulación genética de los Aminoácidos presentes en
algunos Arácnidos con múltiples usos hostiles (entre los que se
encuentra la capacidad de interacción EM).
El Bario, Perclorato Amónico, Fenoles, Resinas Epoxídicas y Formaldehidos una vez combustionados, se convierten en perfectos Aerosoles para “Precipitar Vapor de Agua Atmosférico”.
Biosurce Genetics Corp, publica en “Genetic Engineering News” sep 1998 el artículo: “Turn Plants Into Living Biopolymer Factories” lo
que anima a proponer la “Dispersión de Melanina” en Regiones Árticas
Protegidas (fabricada por plantas transgénicas) a partir de los 35.000
pies de altura, con capacidad de bloqueo UVA, UVB y UVC, congruente con
el déficit de Vitamina D3, en todo aquel que resida por encima del
paralelo 30º en el Hemisferio Norte.
En la primera década del siglo XXI, la producción de compuestos a
través de la Nanotecnología, se deja notar en Geoingeniería con la
producción en masa de los Polímeros Autoensamblables, Nanofibras y
Nanotubos de Carbono.
El primero en “vender” su Polímero al DoD fue Peter Cordani (uso documentado en anteriores Artículos).
Universidades colaboradoras con el DoD como la de Akron no podía faltar (entre otras muchas, por supuesto).
En la actualidad, tras décadas de experimentación, podríamos
clasificar un tercer grupo de compuestos que además de participar en el
aumento y/o reducción de precipitaciones (en forma directa o a través de
Interferometría Escalar), ofrecen nuevas capacidades “Potencialmente
Siniestras”.
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