domingo, 4 de marzo de 2012

Francia busca prohibir maíz transgénico de Monsanto en toda la Unión Europea.

Después del escándalo en que se vio envuelta la empresa Monsanto al ser declarada culpable de envenenamiento químico a un agricultor francés, el gobierno de Francia busca que la Unión Europea prohíba el cultivo de estas semillas en todos los países de la comunidad.

Hace unos días una corte francesa juzgó culpable a la empresa estadounidense Monsanto por envenenamiento químico en perjuicio de un agricultor francés de 47 años, Paul François, quien aseguró haber desarrollado problemas neurológicos como pérdida de memoria, dolores de cabeza y tartamudez a raíz de que en 2004 inhaló un herbicida de Monsanto conocido como Lasso. 

Esta decisión que el abogado de François consideró histórica, abrió la puerta a medidas más severas que el gobierno francés ha empezado a implementar en su territorio, el más importante en la Unión Europea en cuanto a producción agrícola se refiere. 
Ya desde 2008 se buscó reducir en por lo menos un 50% del uso de pesticidas en los campos de cultivo, con un plazo de 10 años para alcanzar esta meta.

Ahora, sin embargo, la nueva propuesta es mucho más ambiciosa, pues el gobierno francés buscará que se prohíba en todos los países de la Unión Europea la siembra del maíz genéticamente modificado que desarrolló Monsanto, particularmente la variante MON 810.

El pasado lunes la ministra de Ecología de Francia pidió formalmente a los reguladores europeos que suspendieran la autorización para utilizar dicha semilla en los países de la comunidad, alegando los "riesgos significativos para el entorno" que varios estudios científicos han demostrado como consecuencia directas del uso de semillas genéticamente modificadas.

"Si la Unión Europea no actúa, podemos invocar la cláusula de salvaguarda", dijo Nathalie Kosciusko-Morizet, con lo cual el gobierno francés tomaría por sí mismo la decisión de prohibir los cultivos transgénicos o la venta de estos productos en su territorio sin la venia de la Unión Europea.

Recordemos que hace unos años el gobierno húngaro emprendió una ofensiva realmente efectiva contra Monsanto al ordenar la destrucción de casi 400 hectáreas de cultivos de maíz que el gigante de los transgénicos tenía al interior de sus fronteras. Hungría es uno de los pocos países de la Unión Europea donde las semillas genéticamente modificadas de Monsanto están prohibidas.


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