El documento ha sido realizado por el grupo Europa Economic Research de JPMorgan.
#JPMorgan |
En un documento publicado a finales de mayo, el Banco de Inversión estadounidense JP Morgan Chase
reclama la derogación de las Constituciones Democráticas burguesas, que
se establecieron después de la Segunda Guerra Mundial, en algunos
países europeos y el establecimiento en su lugar de Regímenes
autoritarios.
“El ajuste de la Zona Euro, una tarea a medio hacer”. El documento comienza señalando que la crisis de la zona euro tiene dos facetas. Se comienza
afirmando que las medidas financieras son necesarias para garantizar que
las principales empresas de Servicios de Inversión, como JP Morgan,
puedan seguir obteniendo enormes beneficios de sus actividades
especulativas en Europa.
Después, los autores sostienen que son necesarias reformas políticas destinadas a acabar con la oposición a las medidas impopulares de austeridad, que son aplicadas en nombre de los Bancos.
Después, los autores sostienen que son necesarias reformas políticas destinadas a acabar con la oposición a las medidas impopulares de austeridad, que son aplicadas en nombre de los Bancos.
El Informe
muestra su satisfacción por la aplicación en la Unión Europea de un
cierto número de mecanismos financieros que pretenden garantizar los
intereses de la Banca. A este respecto, el estudio subraya también la
necesidad de una mayor intervención por parte del Banco Central Europeo
(BCE).
Desde el
inicio de la crisis financiera mundial en 2008, el BCE ha destinado
miles de millones de euros en favor de los Bancos para permitirles
mejorar sus balances e iniciar de nuevo sus actividades especulativas. A
pesar de la presión creciente procedente de los mercados financieros,
el Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, declaró que haría
todo lo necesario para consolidar los Bancos.
Para los analistas de JP Morgan esto no es suficiente. Exigen por parte del BCE una respuesta más espectacular ante la crisis.
Las críticas
más duras al documento están formuladas contra los Gobiernos
nacionales, que tardaron demasiado en aplicar las medidas autoritarias
necesarias para imponer la política de austeridad. Tal proceso de
reforma política, dice el estudio, no ha hecho más que empezar.
En los párrafos finales del documento, los autores explican lo que entienden por reforma política:
“Al principio de la crisis creíamos que estos problemas heredados del pasado se debían en gran parte al orden económico reinante; sin embargo, se puso de manifiesto que hay problemas políticos que están profundamente arraigados en los países de la periferia, que según nuestra opinión deben ser cambiados si la Unión Monetaria se considera que debe seguir vigente”.
El
Documento detalla a continuación los problemas que existen en los
sistemas políticos de los países de la periferia: Grecia, España,
Portugal e Italia. Estos países se encuentran en el centro de la crisis
de deuda en Europa.
Los autores siguen diciendo:
“Estos Sistemas Políticos vienen de una Dictadura anterior y están definidos por estos Regímenes. Sus Constituciones tienden a tener un fuerte sesgo socialista, reflejando la fuerza política que los partidos de izquierda adquirieron después de la derrota del fascismo”.
“Los Sistemas Políticos de los países de la periferia tienen unas características comunes: unos dirigentes débiles; unos Estados centrales débiles en relación con las distintas regiones; protección constitucional de los derechos de los trabajadores; sistemas que buscan el consenso y se anima el clientelismo político; el derecho a la protesta, permitido por el status quo político. Las lagunas de esta herencia política han quedado al descubierto por la crisis”.Cualesquiera que sean las inexactitudes históricas contenidas en este análisis, no cabe sombra de duda de que los autores del Informe de JP Morgan defiende que los Gobiernos instauren Regímenes dictatoriales, con el fin de llevar a cabo la contrarrevolución social, que ya lleva un buen camino recorrido en toda Europa.
En realidad,
no se puede hablar de nada socialista contenido en las Constituciones
establecidas durante el período de posguerra en Europa. Tales
constituciones pretendían garantizar el Régimen burgués, en una
situación en la que el Sistema Capitalista y sus agentes políticos
habían visto comprometidas sus posiciones por los crímenes de los
regímenes fascistas y dictatoriales.
Las
constituciones de los Estados europeos, incluidas las de Italia, España,
Grecia y Portugal, han sido elaboradas y aplicadas en colaboración con
los partidos socialistas y comunistas de los respectivos países,
partidos que han jugado un papel clave en la desmovilización de la clase
obrera, para así permitir a la burguesía mantener su Régimen.
Al mismo
tiempo, la clase dirigente de Europa era consciente de que la Revolución
Rusa era fuente de inspiración para muchos trabajadores. Por lo tanto,
se vieron obligados a hacer una serie de concesiones a la clase obrera
con el fin de impedir una revolución, mediante la aprobación de
protecciones sociales y constitucionales, estableciéndose el derecho de
manifestación, algo que le gustaría a JP Morgan ver abolido.
En cierta
medida, las críticas del Informe del Banco con respecto a la falta de
autoritarismo de los Gobiernos europeos suena a algo hueco. Por todas
partes de Europa los Gobiernos han recurrido en repetidas ocasiones a
medidas propias de un Estado Policial para reprimir toda oposición en
contra de sus políticas.
En Francia,
En España y en Grecia, se han aprobado decretos de urgencia y el
ejército ha intervenido para acabar con las huelgas. La Constitución de
Grecia de 1975, aprobada después de la caída de la Dictadura de los
coroneles, no impidió al Gobierno griego despedir a gran cantidad de
funcionarios. Y en otros países europeos, los partidos dirigentes están
favoreciendo la aparición de partidos neofascistas, como Amanecer Dorado
en Grecia.
Pero esto no es suficiente para la Banca JP Morgan.
Con el fin de evitar una revolución social, los analistas consideran
como indispensable que los Gobiernos capitalistas de Europa instauren lo
más rápidamente posible regímenes dictatoriales.
En la parte final del
documento, los autores desgranan una serie de argumentos por los que,
según ellos, de llegar a un fracaso de los Gobiernos europeos habría que
instaurar sistemas autoritarios:
1) El fracaso de varios Gobiernos favorables a las reformas en Europa del Sur.
2) Falta de apoyo al euro o a la propia Unión Europea.
3) La ingobernabilidad de
ciertos Estados miembros debido a que los costes sociales (sobre todo el
paro) sobrepasasen un cierto umbral.
Es la voz
del Capital Financiero la que habla. Hay que recordar que JP Morgan
estuvo implicado hasta las cejas en operaciones especulativas que
arrasaron la vida de millones de trabajadores de todo el mundo. En marzo
de este mismo año, una Comisión del Senado estadounidense hizo público
un Informe de 300 páginas que recogía las prácticas criminales y el
fraude realizado por JP Morgan, uno de los bancos más grandes de los
Estados Unidos y el mayor agente de productos derivados del mundo. A
pesar de las revelaciones que se hacían en ese Informe, no se ha
ejercido ninguna acción contra el Director General de Banco, Jamie Dimon, que goza de la confianza personal del Presidente estadounidense.
Ahora este
mismo Banco se permite dar lecciones a los Gobiernos. Setenta años
después de la toma del poder por Hitler y los nazis en Alemania, cuyas
consecuencias fueron catastróficas para Europa y para el mundo, JP
Morgan es el primero que reclama medidas autoritarias para reprimir a la
clase obrera y acabar con las conquistas sociales.
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