martes, 4 de septiembre de 2012

Guerra de robots: Un 'escenario posible' para EE.UU. en 2025

NextTech Workshop, ha sido un juego de guerra de dos días de duración organizado por la compañía consultora australiana Noetic.
 
Los especialistas de el Pentágono preparan la guerra del futuro.
En un colegio militar del estado norteamericano de Pensilvania se celebró un encuentro a puerta cerrada en el que se discutieron los posibles escenarios de una eventual guerra entre EE.UU y un enemigo ficticio en el año 2025, con la aplicación de las tecnologías más avanzadas del futuro.


Se trata del segundo evento de una serie de cuatro encuentros dedicados a la investigación sobre “cómo los futuros avances en diferentes áreas tecnológicas podrían usarse en escenarios determinados”, según Noetic.  


El primer encuentro de la serie, que se celebró en Washington en junio, se centraba en las siguientes tecnologías: robots, software, energía dirigida, biotecnologías e impresión 3D. El segundo encuentro estaba dedicado a la posible aplicación militar de dichas tecnologías. Entre los participantes del juego de guerra estaban funcionarios civiles, científicos, investigadores, ingenieros y oficiales del Ejército, las Fuerzas Aéreas, la Marina de Guerra de EE.UU., así como militares de Australia.



Según las reglas del juego, un representante de Noetic describía un escenario y luego los expertos en diferentes áreas explicaban qué tipo de nuevas armas podrían usar los participantes en el escenario elegido.


Robots espías y robots asesinos hacen el “trabajo sucio”

De acuerdo con el primer escenario, los jugadores tenían que actuar en una ciudad llena de tanques del enemigo. En esta situación optaron por desplegar un primer ejército compuesto de robots y drones de todo tipo con el fin de aislar y desarmar al enemigo. Primero los aviones no tripulados equipados con misiles, semejantes a los que ya utiliza el Pentágono en diferentes partes del mundo, despejarían el cielo de cazas del enemigo. Luego en el escenario aparecerían los drones de espionaje para localizar las posiciones de las fuerzas enemigas.
Flickr.com

Después los microdrones, del tamaño de un insecto, entrarían en el campo de batalla y devorarían los neumáticos de los vehículos del enemigo desmovilizándolo y quitándole la posibilidad de abastecerse de provisiones y municiones. Al mismo tiempo otros pequeños robots sobrevolarían a las tropas enemigas instando a los soldados a entregarse a través de mensajes sonoros. Los que no se rindieran serían atacados por aviones no tripulados. Los restantes vehículos de guerra del enemigo serían aniquilados por las bombas y los misiles de los drones.

Sólo después de que el enemigo hubiera sido derrotado, la infantería estadounidense entraría en la ciudad. Los jugadores apuntaron que el desarrollo y el mantenimiento de un ejército compuesto por robots costaría miles de millones de  dólares más que un ejército de combatientes humanos, y se necesitaría una reorganización completa de las Fuerzas Armadas del país.

Asimismo no hay que descartar que se produjera la peor pesadilla de algunas personas y uno de los argumentos más frecuentes en los guiones de películas de ciencia ficción: 


Que los robots se sublevasen y, arma en mano, atacasen a sus creadores.

Las armas electromagnéticas detendrán a la marina enemiga.

De acuerdo con el segundo escenario, los buques de dos estados rivales navegan unos hacia otros cerca de las costas de una isla en disputa. Por un lado están dos portaviones estadounidenses con buques destructores, submarinos y alrededor de 140 aviones. Por otro lado está el portaviones del enemigo con 60 aviones y 24 buques destructores. En total cerca de 20.000 militares de ambas partes podrían perder la vida si todas las fuerzas entraran en combate.
Flickr.com
En esta situación los jugadores optaron por no derramar mucha sangre y detener a la flota enemiga antes de que empezara la matanza. Drones, submarinos, y minas subacuáticas equipadas con emisores de microondas podrían dañar los sistemas eléctricos y mecánicos de los buques del enemigo, de manera que con solo presionar el interruptor 'paralizante', el Pentágono podría desactivar los principales sistemas de la flota enemiga sin o casi sin bajas.

No obstante, el uso de las armas electromagnéticas provocó ciertas dudas entre varios jugadores. Dado que el enemigo en este escenario era un país como China, los participantes del juego señalaron que el país asiático no confiaría mucho en las tecnologías electrónicas en un conflicto de semejante escala con un rival como EE.UU., que le supera muchas veces en el desarrollo de este tipo de avances. 



Un antiarma biológica sirve para prevenir una catástrofe global

El tercer escenario y el más extremo de todos, fue la tarea de eliminar las armas biológicas del enemigo sin desatar una guerra a gran escala.
Foto: corbis
Los jugadores propusieron usar una 'antiarma' biológica. O sea, combatir un agente biológico con otro para neutralizarlo, por ejemplo un virus que infecta solo a bacterias. 

En otras palabras: crear un asesino de enfermedades. 

La primera tarea sería detectar qué tipo de armas biológicas tiene el enemigo. Localizar a personas vinculadas con los programas de armas biológicas y marcarlos con la tecnología de identificación por frecuencias de radio. Luego, habría que modificar la ropa que usan en el trabajo para que convertirla en una especie de sensor capaz de determinar el tipo de agente biológico en los arsenales de la nación enemiga. La ropa también podría usarse para transportar el antiarma a los almacenamientos de los agente biológicos mortales.


No obstante, uno de los jugadores destacó que el uso de armas biológicas está prohibido por las leyes de  EE.UU. y una fuga de información producida por filtraciones como las publicadas por la web WikiLeaks, podría afectar seriamente a la seguridad nacional de EE.UU. 


El juego estaba dedicado a lo que EE.UU. podría hacer en una guerra en 2025, pero otra cuestión que se planteó es lo que EE.UU. debería hacer. “Asumimos que las tecnologías amplían nuestro control, los líderes mundiales tienen que ser más prudentes”, señaló Peter Singer, uno de los organizadores del evento. 



“No obstante, históricamente, cada vez que hemos tenido una tecnología que cambiaba las reglas del juego, aumentaba la velocidad y el caos de la guerra”, apuntó.


La tecnología de impresión 3D ayudará a reparar las infraestructuras dañadas por un terremoto.

Conforme al cuarto escenario, un terremoto de 7 grados en la escala de Richter ha sacudido un país pobre de la zona ecuatorial. Hay miles de muertos. Decenas de miles de personas se han quedados sin hogares, agua, comida, electricidad y sin asistencia médica. Un cuerpo de marinos estadounidenses tiene que prestar ayuda a los damnificados por el desastre natural. Los jugadores tenían que presentar un plan de acción del Pentágono en las primeras 48 horas después del sismo con la aplicación de la tecnología de impresión 3D. 
Flickr.com
Los participantes del juego propusieron enviar al país afectado por el terremoto a equipos de ingenieros militares equipados con impresoras 3D. Su misión sería reparar los sistemas de abastecimiento de energía y el alcantarillado con la ayuda de la impresión 3D, recreando las partes dañadas de estos sistemas con la ayuda de sus impresoras portátiles. Esto permitiría ahorrar mucho tiempo, ya que instalar un transformador eléctrico, por ejemplo, llevaría unos días en vez de semanas o meses. Una reconstrucción más rápida de las infraestructuras dañadas haría que el país voviera a la normalidad en un plazo más corto.

Al mismo tiempo los jugadores advirtieron que es importante retirar los dispositivos avanzados una vez cumplida la misión, para que las tecnologías modernas no dejen sin empleo a los que dependen de trabajos manuales tradicionales, creando un nuevo problema social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Google+